domingo, 13 de marzo de 2016

Regate

    Aitor metió la ropa de deporte en la mochila con la idea de salir de casa lo antes posible. Quería tomarse un café en el bar antes de entrar al curro. Al fin y al cabo, Elena criticaba cómo hacía él las cosas y sola se las apañaba muy bien. 

     Elena escuchó el silencio y entendió que Aitor pensaba escaquearse una vez más.

     Kike, Ana y Juan estaban terminando su desayuno en la cocina y ella estaba de pies, esperando con una bayeta húmeda para limpiarles la cara. En la entrada, las tres mochilas con sus almuerzos les aguardaban y en su bolso, el volante para recoger los resultados de la biopsia antes de ir al trabajo. Tenía miedo. No sacaba fuerzas para hablarlo con nadie. Ayer se lo había querido contar a Aitor durante la cena, pero él no le había dado opción. El fútbol era siempre lo primero y como los domingos él bañaba a los niños mientras ella planchaba y organizaba la casa para la semana, no había encontrado el momento.

- ¡Dios mío, pero si todo lo hago yo! que va a pasar si algún día falto - pensó.

     Escuchó la voz de Aitor gritando desde la puerta:

- ¡Me voy, cariño! Tengo reunión a primera hora, se me olvidó decirte ayer, lleva tú a los niños.
 
 - Aitor, quédate.

     Pero no se quedó.

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