Angela
escucha la alarma del despertador. La
apaga y sigue en la cama. Despierta. En blanco. Oye sonar el teléfono a lo
lejos. Nota sus mejillas húmedas y siente la soledad como un viento frío y
denso que la recorre por dentro. Luego escucha el ruido de las llaves en la
entrada. Pasos por el pasillo. Se abre la puerta y entra Lucía.
-
¿Qué
haces en la cama, gandula? Levántate, tenemos hora con la psiquiatra.
-
No
tengo ganas – responde Angela tapándose con las sábanas.
-
A
eso vamos, guapa, a conseguir que las tengas.
...
Lucía coge el móvil.
-
Sí,
máma, Angela está ahora con la doctora.
-
...
-
Que
no, mamá, que no es tan sencillo, que salir de una depresión no es cuestión de
voluntad, que es una enfermedad, como la gripe.
-
...
-
-
Que sí, mamá, que si hace caso a la doctora se va a curar. Que sí.
-
...
-
Cómo
no iba a acompañar a mi prima favorita. Más aún después de lo que pasó.
-
...
-
Que
sí, mamá, que es una tragedia que se haya muerto tan de repente. Pero tiene que
seguir adelante. Además, el tío Iñaki lo hubiera querido así.
-
...
-
Mal,
come mal. Está flaca.
-
...
-
Que
sí, que luego vamos a comer contigo a casa. No te preocupes, pero no le
preguntes qué tal está, por favor, que se pone a llorar. Le hablaremos de cosas
alegres, para que se distraiga.
-
...
-
Sí,
hasta ahora.
...
La doctora hace anotaciones en su
agenda, antes de empezar la consulta.
-
¿Estás
siguiendo mis pautas, Angela?
-
A
veces sí, a veces no. No tengo ganas de nada.
-
Pero
¿quieres encontrarte mejor?
Angela dirige la mirada al techo
antes de responder.
-
Mi
prima y mi tía quieren que vuelva a ser la de antes, pero yo no tengo ganas de
nada.
-
¿Lo
vas a intentar, aunque no tengas ganas? ¿Vas a seguir mis indicaciones?
-
Lo
haré.
...
Hubo días complicados, pero
estuvimos ahí, vigilando que Angela siguiera las recomendaciones, en apariencia
tan sencillas, pero tan complicadas cuando alguien enferma con una depresión:
poner el despertador, ducharse por las mañanas, hacer deporte, comer bien,
tomar la medicación, descansar por la noche con horarios rutinarios. Pequeñas
acciones que, unidas, son como las fichas de un dominó puestas con la debida
distancia para lograr que, una vez que la primera caiga, lo hagan todas las
demás.
...
VECINO DE BARANDAIN FALLECE DURANTE
UNA PARTIDA DE CARTAS.
ESE
– Sábado 22 de noviembre de 2013 – Actualizado a las 13h23.
BARANDAIN.
El suceso ha sido muy comentado hoy en esta localidad de 8.400 habitantes, en
la que la sociedad TXALUPA es muy conocida.
El fallecimiento ha tenido lugar
durante una partida de dominó en el comedor de la sociedad, en la que se iba a
celebrar el cumpleaños de uno de los miembros más antiguos, M.A. Uno de sus más
queridos amigos, I.S., ha sufrido un repentino ataque cardíaco, sin que nada
haya podido hacerse por salvarle la vida. La ambulancia llegó con rapidez e
intentó, sin éxito, reanimar a I.S. La hija del finado, se personó en el
establecimiento nada más conocer la noticia, acompañada de su prima y su tía,
hermana del fallecido.
I.S., ebanista de profesión, era un
hombre muy respetado en su localidad. Su
repentino deceso ha sorprendido a familiares y amigos.
“Estamos
fatal. Todavía no podemos creerlo” ha manifestado un vecino de Barandain y
socio de Txalupa, visiblemente afectado y con lágrimas en los ojos, “era el
perejil de todas las salsas”.
...
Las fichas de dominó están sobre
la mesa de madera que hiciste tú, aitá.
Las
coloco con calma, una a una, procurando respetar la misma distancia entre
ellas. Me han dicho que así se debe hacer.
Luego, un ligero golpecito de mis dedos tirará la primera, que golpeará
la segunda, que también caerá, y así en hilera hasta el final.
El sol de la mañana entra por la
ventana, a pesar de las cortinas y me recuerda que para otros, hoy es un día
feliz. Para mí puede serlo también, depende de mí.
Que mi felicidad depende de mí es
lo más difícil que he tenido que aprender desde que te fuiste, aitá. Estaba
acostumbrada a que tú me despertaras, antes de irte a trabajar, a que me
cogieras el teléfono cada vez que te llamaba y a tantas y tantas cosas que
entonces no aprecié en todo lo que valían y que hoy añoro tanto.
Mi depresión ha sido una partida
larga pero la he ganado yo, con la ayuda de la prima Lucía y de la tía.
El llanto suavecito de Iñaki me
avisa que está despierto y tiene hambre. Tiene tres meses, aitá, y se llama
como tú. Me hubiera gustado que os hubiérais conocido. Antes, tú me cuidabas a
mí. Ahora yo cuido de él, espero hacerlo tan bien como tú. Hay días en que te añoro mucho. Entonces, me
siento en la cocina y recuerdo los buenos momentos que pasamos juntos.
Luego, me seco las lágrimas y me sueno
los mocos, y sigo adelante. Hay muchas
partidas de dominó por jugar todavía.
Gente a quienes quiero y que me quieren para poder jugarlas. La vida sigue, me lo decías mucho y hoy, por
fin, entiendo a qué te referías.