sábado, 18 de abril de 2015

Aliento de dragón

Construyo días iguales, calcados entre sí para ver si la pena así es menos.
Sin conseguirlo.
Los días anodinos se cuelan en mis sueños y los convierten en pesadilla.
Cuánta maldad se puede esconder en la rutina, 
rea de asesinato,
por cercenar la esperanza,
una vez y otra,
y otra más.
Ignorando que la esperanza es una hidra imbatible
que asegura con dos nuevas cabezas
aquella que le cortaron
y su corazón, es el de todo ser humano,
de bien o de mal.

Y llega por fin el día, 
en que escribo sin cuaderno,
por puro afán
de sacar 
lo que tengo adentro.
Porque ya no puedo más.
He llegado al final del laberinto.
Y la salida no está aquí.
Y hubiera debido estar.

Alguien juega conmigo
y no sé quien es.
Alguien me desafía
una y otra vez
y reemprendo el camino al revés.

Aunque el sendero se repite
yo ya no soy la misma,
nadie puede hacer
el mismo recorrido,
siendo la misma persona.
Variamos a cada momento.
porque cuando no modificamos la realidad,
es ella la que nos cambia,
cruel y juguetona,
vieja y niña a la vez.

Y yo siento, 
su aliento,
aliento de dragón.

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